Desde un enfoque civilizacional y tratando de explicar el conflicto que ha prevalecido entre Occidente y el Medio Oriente a lo largo de la existencia de ambos mundos.

Desde este lado del mundo es muy complejo comprender la posición y los conflictos que se presentan en el Medio Oriente, si lo analizamos bajo el lente y el sistema de valores que prevalece en nuestra sociedad occidental - y es porque hay una diferencia cultural y de concepción abismal- , son cosmovisiones totalmente distintas.

Empecemos por la concepción de la vida de cada lado de la historia. Ambas civilizaciones nacen de la decadencia del Imperio Romano, y es justo su fractura lo que hace que surja tanto el Medio Oriente como lo conocemos y la civilización Occidental en la que vivimos.

De este lado del mundo forjamos nuestras vidas en torno al miedo, y eso no está mal, cuando se fractura Roma es justo la Iglesia Católica como institución quien sirvió de pilar fundamental para levantar a Occidente, desde sus valores y principios, pero siempre dejando en el hombre la semilla del miedo, miedo a la muerte y al final, mientras que en Oriente tienen la concepción de que morir en guerra implica un “edén con 40 vírgenes para cada soldado” y es ahí donde tenemos un gran problema, jamás va a rendir igual un soldado con esa concepción que uno con el miedo intrínseco a no saber qué hay después de la vida.

Hay que comprender que Occidente y Oriente están en guerra, y Oriente gana una batalla cada vez que una persona ve una serie turca, prefiere un shawarma antes que un hot dog o se enamora de un islámico.

¿Qué será de la vida de las nietas de mujeres que hoy se casen con islámicos? ¿Terminarán siendo ellas las que paguen las consecuencias de las decisiones que la civilización actual toma? ¿Les tocará a ellas llevar una burka solo porque se perdió una batalla?

Asimismo, tratamos de resolver los problemas que se plantean en el tablero internacional con preceptos del catolicismo, queremos pensar que el valor a la vida, por ejemplo, es algo universal y Oriente no lo ve así, deseamos sentarnos a la mesa a negociar una paz que ellos no ven y queremos seguir pensando que “si te dan una cachetada debemos colocar la otra mejilla”. Oriente se ha encargado de demostrarnos que entre más pasivos seamos más batallas vamos a perder a diario.

Le estamos colocando la otra mejilla a una civilización que no ha sido capaz por sí misma de ponerse de acuerdo y que se viven explotando entre ellos, cada vez que se lo permiten.

Hay una cosa que es real, es mejor que se exploten entre ellos, a que vengan a explotar las ciudades importantes en Occidente.