El pasado 17 de abril, Estados Unidos revirtió “parcialmente” la flexibilización que había otorgado a Venezuela en materia de petróleo y gas, por lo que la nación norteamericana considera que el presidente Nicolás Maduro está incumpliendo con los acuerdos electorales, dando plazo como fecha límite, hasta el 31 de mayo, con la excusa de que las empresas extranjeras frenen todas las operaciones de producción y exportación de petróleo y gas que han tenido durante los últimos seis meses, que fue el periodo de alivio que había otorgado EEUU en función de ciertas garantías electorales en los comicios que se celebrarán el próximo 28 de julio.
Ahora bien, toda esta contextualización nos lleva a plantearnos ciertas dudas, como por ejemplo ¿Realmente EEUU reimpuso las sanciones petroleras y gasíferas a Venezuela? Y si esto es así ¿Por qué una potencia mundial daría más de un mes de plazo para reactivar dichas sanciones? ¿No será que todo es parte de un ingenioso plan, ideado y organizado por EEUU, para “presionar” de alguna manera a Nicolás Maduro, sin perder su proveedor de petróleo?
A ver, Estados Unidos en este momento se encuentra en una carrera por la presidencia, entre Donald Trump y Joe Biden, pues su elección será celebrada el próximo noviembre, y resulta que el actual presidente está optando a ser reelecto, ni a él, ni al país como tal, les conviene perder el ingreso petrolero que obtienen de Venezuela para el desarrollo de sus productos de exportación y consumo, incluso sus progresos científicos y de investigación.
¿Alguien ha considerado que ese “más de un mes” de plazo solo sirva para comprar tiempo?
En consecuencia, existe la posibilidad de que ese plazo del 31 de mayo se vaya posponiendo progresivamente hasta que realmente lleguen a un acuerdo beneficioso entre Joe Biden y Nicolás Maduro o en su defecto, hasta que ambos mandatarios consigan su reelección.
Esto lo hemos explicado antes en otros artículos, a Estados Unidos le importa poco en manos de quién esté la presidencia de Venezuela, incluso, si los ciudadanos acá tienen libertad y practican la democracia, como toda nación, su principal motor en la toma de decisiones son sus intereses económicos, y particularmente en este caso “personales” desde el punto de vista de Biden y su posible reelección presidencial.