El 25 de mayo de 2025, el sector oficial liderado por el presidente Nicolás Maduro consolidó su dominio político al obtener una victoria contundente en las elecciones parlamentarias y regionales de Venezuela, asegurando el 82,68% de los votos para la Asamblea Nacional y 23 de las 24 gobernaciones, según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Esta victoria se produjo en un contexto de profunda división en la oposición, con un sector, encabezado por María Corina Machado, optando por el boicot electoral, mientras otro, liderado por figuras como Henrique Capriles y Manuel Rosales, decidió participar.
La participación ciudadana de un 42,63% reportado por el CNE, y las denuncias de represión y fraude previo a los comicios por parte de la oposición alineada a María Corina Machado, marcaron un escenario polarizado. En este contexto, surge la pregunta: ¿Es estratégico y beneficioso para el gobierno de Maduro adelantar las elecciones municipales previstas para 2025?
La victoria del 25 de mayo reforzó el control del chavismo sobre las instituciones venezolanas, consolidando su hegemonía en la Asamblea Nacional y las gobernaciones. Sin embargo, este triunfo se dio en un contexto de asedio internacional por parte de países alineados a Estados Unidos que respaldan la narrativa opositora y cuestionamientos internos derivados de las elecciones presidenciales de julio de 2024, donde la oposición, liderada por Edmundo González y María Corina Machado denunciaron un fraude masivo tras la victoria del presidente Maduro. El adelanto de las elecciones municipales, previstas para este año, podría capitalizar el impulso del chavismo tras su reciente victoria y sepultar políticamente la debilitada coalición opositora de Edmundo – María Corina.
Las elecciones municipales implican la elección de 335 alcaldías y 2.471 concejales, cargos cruciales para el control territorial y la gestión de recursos locales. Dado que el chavismo ya controlaba más del 90% de los escaños legislativos y 19 de 23 gobernaciones antes de mayo de 2025, un nuevo triunfo en los municipios reforzaría su hegemonía a nivel local, limitando aún más los espacios de poder de la oposición. Esto es particularmente relevante en estados simbólicos como Barinas y Zulia, recuperados por el chavismo en mayo. Adelantar las elecciones municipales podría servir para reforzar esta narrativa, presentando al chavismo como una fuerza respaldada por el pueblo, a pesar del boicot de un grupo opositor.
La oposición venezolana permanece fracturada entre quienes abogan por la participación electoral, como Henrique Capriles y Manuel Rosales, y quienes, como Machado, rechazan cualquier comicio bajo las actuales condiciones. Esta división, exacerbada por la expulsión de partidos como Un Nuevo Tiempo de la Plataforma Unitaria Democrática, debilita la capacidad de la oposición para articular una estrategia unificada. Adelantar las elecciones municipales podría tomar a la oposición desarticulara, con poco tiempo para reorganizarse o negociar candidaturas, lo que beneficiaría al oficialismo, que cuenta con una maquinaria electoral cohesionada liderada por el PSUV.
La pronta realización de las elecciones municipales puede ser una jugada estratégica para el gobierno del presidente Maduro si el objetivo es consolidar el poder a corto plazo, aprovechando la desorganización opositora y la maquinaria electoral del PSUV.
La victoria de mayo demostró que el chavismo puede capitalizar la fragmentación de su adversario opositor para mantener el control institucional, incluso en un contexto de cuestionamientos y sanciones. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos significativos. El aumento de la presión internacional y el creciente llamado al boicot electoral podrían erosionar el apoyo interno del chavismo, especialmente en un contexto económico adverso. En tal sentido, el llamado a la renovación de autoridades locales debe venir acompañado de oportunidades y planes para la mejora real de la calidad de vida de los ciudadanos, de esta forma los electores evaluarían la relevancia estratégica de este proceso.