El gobierno de Israel y el grupo militante palestino Hamás alcanzaron este miércoles un acuerdo de alto el fuego para Gaza, tras 15 meses de conflicto que han causado más de 45.000 muertos debido a los ataques israelíes. Este acuerdo, resultado de meses de negociaciones mediadas por Qatar, Egipto y Estados Unidos,
establece que Hamás entregará rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos. Estados Unidos delineó las bases del pacto, mientras que representantes de ambas partes discutieron los detalles con los mediadores. Según un borrador y declaraciones del presidente Joe Biden, el acuerdo se desarrollará en tres fases y
tiene como objetivo un alto al fuego permanente junto con un plan de reconstrucción para Gaza. El alto el fuego comenzará el 19 de enero, aunque su implementación requiere la aprobación del gabinete y gobierno israelí. Persisten, sin embargo, diferencias que podrían dificultar la permanencia de este cese al fuego.
La primera fase contempla una
tregua de seis semanas, durante las cuales Hamás liberará 33 rehenes
capturados en el ataque del 7 de octubre, y por cada rehén liberado, Israel pondrá en libertad a decenas de prisioneros palestinos. Israel facilitará la entrada de ayuda humanitaria y combustible, y retirará sus tropas de las carreteras principales para permitir el regreso de los desplazados, que suman casi 2,3 millones de habitantes de Gaza. Durante esta etapa,
Israel mantendrá presencia militar en el corredor Philadelphi, en la frontera con Egipto, y se abrirá gradualmente el paso fronterizo de Rafah para permitir el acceso a atención médica fuera de Gaza. La liberación de rehenes se dará de forma escalonada, priorizando niños, mujeres, personas mayores, heridos y enfermos. Un grupo de rehenes israelíes, hombres en edad militar, no será liberado en esta fase y quedará pendiente para futuras negociaciones, que además
abordarán temas cruciales como el futuro gobierno de Gaza y la retirada israelí completa. El primer ministro qatarí expresó confianza en que el acuerdo avance, aunque dependerá del compromiso de las partes.
En la segunda fase,
a partir del día 16 de la tregua, comenzarán las negociaciones para un "final permanente de la guerra", según Biden.
Se espera que Hamás libere a todos los rehenes vivos restantes y entregue los cuerpos de los fallecidos, mientras Israel liberará a más prisioneros palestinos, incluidos algunos condenados por atentados mortales. Aunque las cifras varían, se habla de cientos o hasta mil presos. No obstante, combatientes de Hamás involucrados en el ataque del 7 de octubre no serían liberados.
Israel condiciona su retirada total a la liberación completa de los rehenes, pero mantendría zonas de seguridad de 800 metros en los bordes oriental y norte de Gaza. La tercera fase apunta a
la reconstrucción de Gaza, un proceso que podría durar años, dada la devastación del territorio. Sin embargo,
esta etapa no ha sido negociada y sigue siendo fuente de controversias, en particular sobre quién gobernará Gaza.
Israel quiere mantener el control de la seguridad y se opone a que el territorio quede bajo el gobierno de Hamás o de la Autoridad Palestina, aunque
está trabajando con EEUU y Emiratos Árabes Unidos en la creación de una administración provisional.
El acuerdo enfrenta resistencias internas, ya que, aunque Netanyahu acepte el pacto, podría no convencer a ministros clave que se oponen a él. Además, Hamás teme que Israel retome las hostilidades tras la devolución de los primeros rehenes. También quedan preguntas sin resolver, como el paradero y estado de los rehenes, la liberación de prisioneros rechazados por Israel y la duración o condiciones de la presencia militar israelí en zonas estratégicas de Gaza. La fragilidad del alto el fuego es evidente, pues en conflictos previos entre Israel y Hamás, treguas similares se rompieron por incidentes menores. La complejidad y el contexto hacen que cualquier pequeño desencuentro pueda poner en peligro la paz recientemente alcanzada.
📌 BBC