Análisis
Jeffrey Epstein: El punto de quiebre entre la administración de Trump y sus seguidores del Make America Great Again
El cierre oficial del caso Epstein no ha calmado las cosas. En lugar de cerrar un capítulo, ha abierto una grieta dentro del movimiento MAGA
15 de julio, 2025
Por: Polianalítica
La muerte de Jeffrey Epstein en 2019, declarada oficialmente como suicidio, sigue generando controversia dentro del movimiento “Make America Great Again” (MAGA), especialmente tras la reciente publicación de un memorando del Departamento de Justicia que afirma que no existen pruebas de una red más amplia de tráfico sexual ni justificación para divulgar más información. A pesar de que el presidente Donald Trump y la fiscal general, Pam Bondi, han adoptado una postura de cierre definitivo del caso, sectores influyentes del conservadurismo estadounidense se resisten a dejar atrás lo que consideran una promesa incumplida.
Trump, quien en campaña prometió revelar la verdad sobre Epstein, se mostró visiblemente irritado cuando fue cuestionado sobre el tema en una reunión de gabinete. "¿Sigues hablando de Jeffrey Epstein?", respondió tajante. Bondi, por su parte, fue aún más directa: “Se suicidó”.
Sin embargo, la reacción dentro de la base trumpista ha sido de descontento generalizado. Aunque muchos aún respaldan a Trump, acusan a figuras como Bondi, el director del FBI, Kash Patel, y el subdirector, Dan Bongino, de no cumplir las expectativas de desclasificar información comprometedora. Incluso se ha llegado a exigir la renuncia de Bondi. La activista Laura Loomer y otros líderes del ala más radical han expresado abiertamente su frustración, alegando encubrimiento y falta de transparencia.
Elon Musk también se sumó a las críticas, cuestionando por qué Trump no ha revelado los archivos prometidos y sugiriendo, en su red social X, que la falta de acción podría deberse a que el propio presidente figura en la supuesta “lista de clientes” de Epstein. Aunque esta lista nunca ha sido confirmada, Bondi había insinuado en febrero que la tenía sobre su escritorio, lo que generó expectativas que nunca se materializaron.
El informe del Departamento de Justicia, basado en una extensa revisión de archivos por parte del FBI y fiscales federales, concluyó que no hay pruebas de una red de tráfico sexual más allá de Epstein. También descartó la existencia de una lista secreta de clientes. Bondi defendió la decisión de no divulgar las miles de horas de grabaciones disponibles, alegando que contenían pornografía infantil y no podrían hacerse públicas bajo ninguna circunstancia.
La respuesta de los medios conservadores fue feroz. Figuras como Steve Bannon, Tucker Carlson, Jesse Watters y Laura Ingraham han acusado tanto al gobierno de Trump como al Departamento de Justicia de encubrimiento. Fox News incluso transmitió una crítica abierta bajo la frase: “Necesitamos respuestas sobre Epstein”. Durante la cumbre de Turning Point USA, la presentadora Megyn Kelly tildó a Bondi de “villana” y la congresista Anna Paulina Luna pidió su reemplazo si no actúa con mayor contundencia.
Dentro del FBI, las tensiones también son evidentes. En una reunión interna, altos funcionarios como Bongino y Patel fueron cuestionados por supuestamente bloquear más información sobre el caso. Bongino habría considerado renunciar y se ausentó varios días después del incidente.
Ante la presión, Trump salió en defensa de Bondi, en su red social Truth, elogiando su trabajo y pidiendo unidad dentro del movimiento MAGA. También intentó desviar la atención culpando a los demócratas por no haber revelado los archivos durante sus años en el poder, aunque Epstein fue arrestado y acusado mientras él era presidente.
Un asesor cercano a Trump, reconoció que la publicación del informe ha sido una “pesadilla política” debido a la fractura interna que ha provocado. Para muchos simpatizantes, el caso Epstein simboliza la desconfianza hacia el sistema y el poder encubierto de las élites, y consideran inaceptable que no se haya revelado toda la verdad. “No estamos cansados de ganar, pero queremos ver la verdad” dijo uno de ellos.
El cierre oficial del caso Epstein no ha calmado las cosas. En lugar de cerrar un capítulo, ha abierto una grieta dentro del movimiento MAGA, evidenciando la tensión entre las expectativas conspirativas de su base y los límites de la realidad comprobada. La figura de Epstein, lejos de desaparecer, sigue siendo un símbolo cargado políticamente, capaz de sacudir incluso los cimientos de un movimiento que rara vez cuestiona a su líder.