miércoles, 13 de agosto de 2025
Análisis
Donald Trump y Elon Musk: Una montaña rusa de amor, odio y otras polémicas
Por ahora, la disputa Musk-Trump continúa siendo un espectáculo público, con consecuencias que van más allá de las redes sociales y alcanzan los mercados, las urnas electorales y el futuro político de EEUU
30 de julio, 2025
Por: Polianalítica
La relación entre Elon Musk, el multimillonario detrás de Tesla y SpaceX, y el presidente Donald Trump ha sido una montaña rusa que captó la atención mundial, pasando de una potente alianza a una disputa abierta. En julio de 2024, tras un intento de asesinato contra Trump, Musk consolidó su respaldo al mandatario, invirtiendo al menos 250 millones de dólares en el súper PAC pro-Trump America PAC y utilizando su plataforma X para promover contenido favorable a Trump y criticar a los demócratas, incluida Kamala Harris, con eventos de alto perfil. Sin embargo, esta colaboración se transformó en un enfrentamiento público que incluyó amenazas, acusaciones y la propuesta de Musk de fundar un nuevo partido político, el “Partido América”.

Sin embargo, esta relación comenzó a fracturarse en diciembre de 2024, cuando Musk criticó el proyecto de ley de recortes de impuestos y gastos propuesto por Trump, calificándolo de “repugnante abominación” y “suicidio político” para los republicanos. El proyecto, que incluía un aumento de 5 billones de dólares en el límite de deuda y la eliminación de exenciones fiscales para la energía verde, críticas para Tesla, desató la furia de Musk. En respuesta, Trump amenazó con cortar los contratos gubernamentales de SpaceX y Starlink, sugiriendo incluso que Musk podría ser investigado por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad que Musk había dirigido brevemente bajo la administración Trump.

El enfrentamiento escaló rápidamente en las redes sociales. Musk acusó a Trump de ocultar información sobre Jeffrey Epstein, compartió publicaciones pidiendo su impeachment y afirmó que sin su apoyo financiero, Trump habría perdido las elecciones. Trump, por su parte, ridiculizó a Musk en la Casa Blanca, cuestionando su apariencia y sugiriendo que su oposición se debía a la eliminación de subsidios para vehículos eléctricos. Este intercambio público culminó en una caída del 14% en las acciones de Tesla, lo que le costó a Musk cerca de 20.000 millones de dólares en su fortuna personal.

El papel de Musk en la política estadounidense es excepcional, no solo por su riqueza, sino por su capacidad para influir a través de X. Según un análisis de CBS News, Musk ha utilizado X para difundir narrativas conspirativas sobre la seguridad electoral, incluyendo afirmaciones desmentidas sobre máquinas de votación y la teoría de que los demócratas “importan votantes ilegales” para manipular elecciones. Más del 55% de sus publicaciones sobre seguridad electoral contienen información engañosa o falsa, lo que ha generado preocupación entre expertos y funcionarios electorales sobre el impacto en la confianza pública.

El magnate también ha enfrentado críticas por el manejo de X, donde cuentas pro-Harris han sido suspendidas o etiquetadas como spam, lo que llevó al representante demócrata Jerry Nadler a exigir investigaciones por posible censura política. Además, el chat de X, Grok, ha difundido información errónea sobre la elegibilidad de Harris en las boletas, intensificando las tensiones. Expertos como Jonathan Nagler, de la Universidad de Nueva York, advierten que el control de Musk sobre el algoritmo de X le otorga un poder sin precedentes para amplificar o suprimir contenido, lo que plantea riesgos en contextos electorales.

A nivel financiero, Musk ha transformado el panorama político con su inversión en America PAC, que recaudó casi 8,8 millones de dólares en su primer mes de aliados cercanos. Sin embargo, el PAC ha enfrentado escrutinio por prácticas de recolección de datos, con investigaciones en Carolina del Norte y Michigan por posibles violaciones en el registro de votantes. Estas controversias subrayan el enfoque agresivo de Musk para influir en las elecciones, combinando su riqueza, fama y control sobre X.

En medio de su disputa con Trump, Musk ha coqueteado con la idea de fundar un nuevo partido político, el “Partido América”, que representaría al “80% del medio” y desafiaría el bipartidismo demócrata-republicano. La propuesta surgió tras sus críticas al proyecto de ley de Trump, cuando Musk afirmó que EEUU necesitaba una alternativa para dar voz a los ciudadanos. Sin embargo, más de tres semanas después de su anuncio el 5 de julio de 2025, no ha tomado medidas formales para materializar esta idea, y su cuenta en X ha permanecido silenciosa al respecto.

Históricamente, los terceros partidos en EEUU enfrentan enormes barreras, desde la falta de financiamiento hasta la dificultad de ganar escaños en un sistema dominado por dos partidos. Aunque Musk ha recibido ofertas de apoyo del Partido Avanzado de Andrew Yang y el Partido Libertario, expertos como Dan Ives de Wedbush Securities consideran que las posibilidades de éxito son mínimas, especialmente dada la impopularidad récord de Musk tras su enfrentamiento con Trump. Además, senadores republicanos temen que un “Partido América” divida su base de votantes en las elecciones intermedias de 2026, lo que podría beneficiar a los demócratas.

El anuncio del partido también tuvo consecuencias inmediatas en los mercados, con una caída del 7% en las acciones de Tesla tras la noticia, equivalente a una pérdida de 16.700 millones de dólares en la fortuna de Musk. Analistas sugieren que este podría estar “leyendo el ambiente” y reconsiderando su plan, especialmente tras la falta de avances concretos.

Elon Musk ha demostrado ser una figura única en la política estadounidense, combinando su inmensa riqueza, control sobre X y una personalidad pública al estilo de Trump para influir en el discurso político. Su relación con el mandatario, marcada por una alianza inicial y un posterior enfrentamiento, refleja su disposición a desafiar incluso a sus aliados más cercanos. Aunque su propuesta de un “Partido América” parece estancada, Musk sigue siendo un actor impredecible, capaz de alterar el panorama político con sus recursos y su plataforma.

Mientras EEUU se prepara para las elecciones intermedias de 2026, la influencia de Musk, ya sea a través de X, America PAC o una posible nueva iniciativa política, seguirá siendo un factor clave. Sin embargo, su historial de controversias, desde la difusión de desinformación hasta enfrentamientos con funcionarios electorales, plantea preguntas sobre el impacto de su poder en la democracia estadounidense. Por ahora, la disputa Musk-Trump continúa siendo un espectáculo público, con consecuencias que van más allá de las redes sociales y alcanzan los mercados, las urnas y el futuro político del país.
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