¿Por qué la Alianza Democrática no ha logrado desplazar a la Plataforma Unitaria Democrática?
lunes 26 de febrero de 2024
La aproximación de cada coalición en su relación con el chavismo, los relatos discursivos y reconocimiento al partido dominante como gobierno legítimo y sus procesos, diferencian sustancialmente la percepción de la ciudadanía hacia ambas
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La Alianza Democrática en Venezuela es una coalición de partidos políticos opositores al gobierno de Nicolás Maduro y también del denominado G4 – MUD, ahora constituido como la Plataforma Unitaria Democrática. Fue fundada en agosto de 2020 integrada por Avanzada Progresista (en aquel entonces dominada por Henri Falcón), Cambiemos (de Timoteo Zambrano), El Cambio (de Javier Bertucci), junto a fracciones de los partidos COPEI (de Juan Carlos Alvarado), Acción Democrática (de Bernabé Gutiérrez), y Voluntad Popular, estos tres últimos intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia que nombró juntas directivas ad-hoc. El objetivo de la coalición fue participar en las elecciones parlamentarias de ese año, a pesar del boicot de otros sectores de la oposición. Visto así, el surgimiento de la Alianza Democrática se da, entre otras cosas, por la oposición a la estrategia abstencionista de la G4 (Voluntad Popular de Guaidó, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática) y por sentir que tales partidos dominaban plenamente el proceso de toma de decisiones, sin percibirse relevantes o con capacidad de incidencia en la dirigencia opositora, por lo cual, nuevos partidos se le sumaron en el devenir por conveniencia electoral y por tener en común la necesidad de oponerse al gobierno y a la MUD, como el partido Primero Venezuela liderado por José Brito y Luis Parra.

En su quehacer político, la Alianza Democrática no ha demostrado tener una articulación como bloque opositor ya que, a partir de los procesos electorales desde su fundación, sus integrantes han tenido internamente puntos encontrados por enfoques estratégicos y por la ausencia de una figura poderosa que represente a toda la diversidad de partidos que la compone. Una muestra de sus diferencias fue lo ocurrido el 24 de julio de 2023 cuando el ahora candidato presidencial por el partido Alianza del Lápiz, Antonio Ecarri, anunció el lanzamiento de una nueva coalición política denominada “Vamos”, compuesta por esa organización y los partidos Avanzada Progresista (cuyo secretario general es Luis Augusto Romero) y Cambiemos (de Timoteo Zambrano) con el objetivo de reagrupar a los venezolanos y alcanzar un cambio político en la elección del 2024.

Desde el punto de vista electoral, la Alianza Democrática no está registrada ante el CNE como tarjeta electoral, por lo cual, numéricamente la fragmentación de los votos entre las maquinarias partidista que la conforman no se traduce en una fuerza electoral homogénea. La Plataforma Unitaria Democrática sí tiene una tarjeta electoral registrada (La tarjeta de la MUD).

Origen de la coalición de partidos: En el caso de la Mesa de la Unidad Democrática, ahora Plataforma Unitaria Democrática, vemos que su constitución surgió en un escenario político proclive a la unidad desde las elecciones regionales de 2008. A partir de allí, la narrativa política del sector opositor giraba en torno de conformar una fuerza electoral que compitiera con el poderío de la maquinaria chavista. Por su parte, el origen de la conformación de la Alianza Democrática surgió en un escenario en el cual dominaba la narrativa abstencionista en la oposición, por lo tanto, toda iniciativa política fuera de esa estrategia “rompería con la unidad y legitimaría todo proceso convocado por el régimen”. En este sentido, nacería del cuestionamiento no al chavismo sino a la MUD, siendo percibidos como actores coactados por el gobierno nacional y denominados “alacranes”. 

La narrativa: La aproximación de cada coalición en su relación con el chavismo, los relatos discursivos y reconocimiento al partido dominante como gobierno legítimo y sus procesos, diferencian sustancialmente la percepción de la ciudadanía hacia ambas coaliciones políticas opositoras. Los partidos de la Alianza Democrática asisten a todos los eventos convocados desde el poder argumentando la necesidad de hacer presencia activa en la dinámica institucional, convirtiéndose en la actualidad una oposición parlamentaria reducida en números y con cuestionado respaldo social pero con voz en los procesos de toma de decisiones institucionales. Por su parte, la Plataforma Unitaria Democrática pasó a ser una coalición con mayor respaldo ciudadano, pero con una participación pasiva y de “espectadores” en la dinámica institucional. 

Por último, la proliferación de muchos candidatos en el seno de la Alianza Democrática ha reforzado el desencanto generalizado en la ciudadanía hacia esos partidos por la proyección de la incapacidad de ponerse de acuerdo para ofrecer un candidato único que le haga frente al gobierno de Maduro y a la Plataforma Unitaria Democrática. Esto hace que dicha coalición no cuente con una figura de peso que los represente y los posicione como una opción real de cambio político.

¿Aprovechará la Alianza Democrática la oportunidad que ofrece el año electoral de unificar sus legítimas aspiraciones presidenciales en una sola figura?

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